El monohidrato de glucosa se usa comúnmente en laboratorios para diversos fines debido a su versatilidad y disponibilidad. Algunos de los usos comunes del monohidrato de glucosa en entornos de laboratorio incluyen:
Medios de cultivo celular: el monohidrato de glucosa es un componente esencial de los medios de cultivo celular. Sirve como fuente de nutrientes para las células, proporcionando los carbohidratos necesarios para apoyar el crecimiento y el metabolismo celular in vitro.
Medios de crecimiento microbiano: el monohidrato de glucosa a menudo se incluye en los medios de crecimiento microbiano para favorecer el crecimiento de microorganismos, como bacterias y levaduras. Sirve como fuente de energía para estos organismos durante investigaciones y experimentos de laboratorio.
Ensayos bioquímicos: el monohidrato de glucosa se utiliza como sustrato en varios ensayos bioquímicos para evaluar la actividad enzimática y otros procesos metabólicos. Por ejemplo, se puede utilizar en pruebas como la prueba de tolerancia a la glucosa o la medición de niveles de glucosa en muestras de sangre.
Criopreservación: en algunas técnicas de criopreservación, el monohidrato de glucosa se puede utilizar como crioprotector para preservar muestras biológicas, como células o tejidos, a bajas temperaturas para su almacenamiento a largo plazo.
Componente de búfer: monohidrato de glucosa se utiliza en la preparación de soluciones tampón, que ayudan a mantener un nivel de pH estable en diversos experimentos de laboratorio.
Secuenciación de ADN: en las reacciones de secuenciación de ADN, a veces se utiliza monohidrato de glucosa como componente para garantizar la actividad enzimática y las condiciones de reacción adecuadas.
Expresión de proteínas: el monohidrato de glucosa se puede utilizar como fuente de energía en cultivos microbianos para la expresión y producción de proteínas recombinantes.